El trabajo con la arcilla lo hemos realizado en pequeños grupos y en el exterior, aprovechando la buena temperatura trabajar rodeados de árboles ha sido fantástico. Les encanta la arcilla, siempre digo lo mismo pero así es, por ellos haríamos arcilla más a menudo, les encanta modelar. Mientras trabajan, charlan y se ayudan. Es una tarea que disfrutan.
El esmaltado es también una tarea que les encanta, la magia de los colores les atrae. Los esmaltes se transforman tras la cochura en el horno, algunos sufren un cambio radical, un color entre rosáceo y lila se convierte en un azul cobalto tras alcanzar una temperatura de 980º y varias horas en el horno.
Tierra, agua, aire y fuego se combinan en una experiencia mágica de transformación y belleza. Algunos factores se van dominando, otros son sorpresa. En el proceso aprendemos a ser precisos, a tratar este material de una determinada manera y algo que es sumamente importante, a tener paciencia, pues los tiempos de espera entre cochura y cochura no son inmediatos.
Ana Martín