Uno de los objetivos que nos proponemos este curso es aprovechar las posibilidades de nuestro entorno natural. Comenzamos esta actividad con el dibujo de los árboles del jardín. Cada alumno elige un árbol que dibujará y además añadirá una persona que aparece abrazando el árbol.
Nos proponemos concienciarnos de la importancia de los árboles en el sostenimiento de la vida. El abrazo a los árboles no es nada nuevo, en 1972 en la India, grupos de mujeres se abrazaban a los árboles para impedir su tala y la consiguiente roturación de tierras para dedicarlas a la agricultura extensiva y al pastoreo. Esta práctica y otras igual de devastadoras, han sido una constante en diversas masas forestales del planeta. Recordaréis los recientes incendios de la selva Amazónica, actos atroces alejados de los ciclos naturales de la vida y que conllevan la pérdida de numerosos hábitats, la disminución de los recursos y la destrucción de formas tradicionales de explotación y gestión de la tierra.
Queremos aprender a valorar estos seres capaces de vivir cientos e incluso miles de años. La longevidad de los árboles les ha convertido en testigos vivos de la sucesión del tiempo. A la sombra de los árboles se han cobijado los hombres desde la antigüedad. Muchas costumbres de carácter social se han amparado entre los troncos y bajo la sombra de los árboles.
Dedicamos una sesión a trabajar al aire libre, esbozando el árbol elegido. En otra sesión, en clase, le damos color al dibujo.
Ahora queremos tomar conciencia del valor de estos seres ancestrales y experimentar cómo su energía invade nuestro cuerpo. Los árboles nos ofrecen no sólo oxigeno, madera o frutos, además son una importante fuente de energía sanadora. Un árbol cuando se toca o se abraza tiene una vibración única que afecta a nuestro cuerpo, es una maravillosa forma de entrar en contacto con la energía de vida de la naturaleza. Es fundamental establecer vínculos de cuidado con la tierra, nutrirla, plantar árboles, tener plantas en casa y disfrutar de las actividades en la naturaleza. Estas experiencias nos brindan la posibilidad de llenarnos de energía positiva, percibir el regocijo de nuestra consciencia y poder estar agradecido por lo que nos ofrece el entorno natural.
Iniciativas actuales las encontramos en Islandia, ahora que los abrazos entre nosotros los tenemos aplazados, el servicio forestal de este país, anima a los ciudadanos a abrazar los árboles.
Herman Hesse en su libro El Caminante, escribió sobre los árboles: «…En sus copas susurra el mundo, sus raíces descansan en lo infinito; pero no se pierden en él, sino que persiguen con toda la fuerza de su existencia una sola cosa: cumplir su propia ley, que reside en ellos, desarrollar su propia forma, representarse a sí mismos…Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad. No predican doctrinas y recetas, predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida…»
El Quejigo de Jurtiga en la comarca de Alhama de Granada, un ejemplar de 850 años de antigüedad es candidato a Árbol de España 2021″. https://arboleuropeo.es/el-quejigo-de-jurtiga-granada/
¡Un abrazo entrañable Quejigo!
Ana Martín
Muchas gracias Ana, es un placer leerte y aprender, además de saber cómo trabajas con nuestros hijos e hijas, tanto que ¡hasta me leo lo de otros cursos!
Un abrazo
Ana ¡qué cosas tan maravillosas sigues haciendo y que emoción volver a leerte!
Los meses que tuve la suerte de acompañarte en tus clases como alumna del Máster Artes Visuales y Educación me siguen acompañado e inspirando hoy, 10 años después. Gracias por tu pasión, tu respeto a los niños y niñas, tu sincera admiración por sus creaciones, tu sensibilidad y tu profesionalidad.
Un abrazo enorme y cálido como un árbol, desde Berlín.