Desde los primeros días de curso, los alumnos de primero me han estado preguntando: «¿Hoy toca arcilla?. Me preguntaban todos los días a pesar de que con ellos, tengo clase los miércoles. La manipulación de la arcilla es una actividad que les encanta.
Al comenzar la sesión, hablamos de sus cualidades. Es un material dúctil y maleable que reacciona ante nuestras manipulaciones, la podemos estirar, comprimir y también se va secando, le salen grietas, al añadirle agua, recupera sus cualidades.
Comentamos sobre el origen de la arcilla en su estado natural. El hombre, desde la prehistoria, ha sabido aprovechar esta tierra sedimentaria para crear objetos utilitarios o decorativos.
Usamos, en esta ocasión arcilla terracota que tiene un aspecto verde y una vez cocida, un tono más claro que la roja. Terracota designa a la tierra cocida cuyo origen procede del italiano terra cotta. Un alumno reaccionó rápidamente al oír el término -» así se dice en Italia-» . Otro comentó-» como los soldados de terracota-«. Cuando la arcilla estuvo en sus manos, la magia de la creación se puso en marcha…
El esmaltado también les llama mucho la atención. En esta ocasión usamos engobes. Su aplicación requiere de una serie de requisitos para obtener una capa correcta y lo más homogénea posible.
Uno de los errores más comunes en los niños del primer ciclo es trabajar la arcilla como si fuera plastilina. Comentamos las diferencias entre ambos materiales.
En la sesión anterior estuvieron elaborando un abecedario de plastilina.
Estos bonitos medallones con las letras, están relacionados con un libro que están leyendo: «El bosque del sonido». Más adelante los usarán.
Con el trabajo en plastilina están muy familiarizados. Mientras modelan, unen o modifican sus creaciones, la plastilina no cambia su estado.
Cuando hacemos la misma tarea con la arcilla notamos diversas variaciones que debemos tener en cuenta para obtener un buen resultado. Por otro lado, tienen que considerar otros factores como la unión adecuada de las diferentes partes, el grosor de las piezas, el vaciado de algunos objetos o las burbujas de aire apresadas que harán que el trabajo estalle en el horno.
Este material tan atractivo nos exige mucha atención, además de mucha paciencia en el proceso de su elaboración y la espera del resultado de las dos cochuras, la de la arcilla y la del esmalte.
Ana Martín