Queremos crear un personaje. Para empezar reparto tres papeles por alumno, en cada uno hay representado unos ojos, una nariz y una boca, (los modelos están inspirados en personajes del cómic). A partir de ahí deben imaginar un personaje. La primera reacción creó una inesperada exaltación colectiva en toda la clase.
Comparaban lo que cada uno tenía con lo de sus compañeros y estuvieron barajando diversas posibilidades e intercambiando sus papeles.
Incluso bromean personalizando con su rostro otras alternativas.
Comienzan a surgir los personajes.
La exaltación inicial originó sentimientos y expectativas variadas. Hubo reacciones de entusiasmo, de dudas y de turbación. En esta ocasión lo que se les pedía era que dejasen su mente en blanco, que no eligieran el personaje que siempre suelen dibujar. El personaje debía de surgir a partir de los tres elementos que ellos habían combinado.
Romper las estructuras mentales y tratar de encontrar nuevos caminos les pone en situación de conflicto, pues deben dejar sus fórmulas ya establecidas ( estereotipos sobre la figura humana) y decidir nuevas posibilidades. Les relajó cuando les dije que podía ser un personaje irreal, sacado de su fantasía. Llegados a este punto la situación fluyó de forma más relajada y divertida.
Ana Martín