LETRAS TRIDIMENSIONALES

Planteamos esta actividad con doble finalidad. Por una parte, profundizamos en la percepción del volumen a través del diseño de letras en tres dimensiones y por otro lado, practicamos la autonomía en el manejo de los procesos de trabajo y la gestión de los materiales.

En esta propuesta de trabajo, cada alumno elige una letra o un símbolo y lo decorará en función de la finalidad para la que fue creado: como motivo decorativo, regalo; otra opción es que la decoración se relacione con la temática que la letra represente.

La experimentación del volumen, en esta ocasión, la planteamos a través de la composición de los elementos fragmentados que componen cada letra o símbolo. En la construcción de cada una de ellas, materializamos un elemento que podemos percibir desde una perspectiva multifocal. Experimentar el proceso de creación con objetos y formas conduce a profundizaren la concepción del volumen y  a establecer conexiones espaciales.

Durante las sesiones de trabajo, los alumnos se gestionan con gran autonomía y se sienten motivados por la tarea.

Ana Martín

DIBUJANDO OJOS

¿Cómo son los ojos humanos?

¿Y la boca?

Reparto entre mis alumnos fotos de ojos reales para que realicen diversos bocetos.

En un papel doblado por la mitad, deben dibujar dos ojos. Pueden ser iguales o diferentes, en forma o color. Hablamos que hay ojos con forma almendrada, redondeados; de tamaño grande o más reducido; con el iris de diferente color. Las fotos les pueden servir para fijarse de las partes externas del ojo: globo ocular, iris, pupila, párpado superior, párpado inferior, lacrimal, línea del pliegue del párpado, cejas.

Mientras les veo trabajar, me doy cuenta que no observan las fotos, o bien no lo hacen con atención. La mayoría dibujaron los ojos con las dos líneas de pestañas, el iris y la pupila. Algunos de ellos usando el bagaje de cursos pasados, sin mostrar aún la necesidad de un mayor realismo. En próximos cursos volveremos a retomar el tema.

Les animo para que dibujen labios.

La proliferación de ojos y labios encima de las mesas ocasionó la espontánea composición de rostros.

Completamos la actividad con el montaje libre de un rostro. El diseño resultó variado, cargado de fantasía para algunos, acercándose al realismo en otros.

Ana Martín

THE SELF-PORTRAIT EXPERIENCE

La experiencia del autorretrato en primaria, se desarrolla a lo largo de seis años. Mis alumnos me preguntan  porqué lo realizamos todos los años;  la mayoría de ellos lo viven como una situación  estresante, sobre todo a partir del segundo ciclo. Defiendo este trabajo ante mis alumnos, la experiencia de todos estos años me lleva a motivarles en la superación de los inconvenientes y cada año me reafirmo en lo positivo de esta tarea. Realizar el autorretrato les ayuda en varios aspectos:

  • Les sirve como modelo para el ensayo del dibujo del rostro humano.
  • Comprueban que la  evolución del dibujo,  depende del trabajo y de la superación personal en cada etapa de su crecimiento.
  • Ofrece una oportunidad de auto-conocimiento, de aceptación de la propia imagen.
  • Les brinda la oportunidad para aceptar al niño que han sido, al de seis, siete, ocho… con sus miedos, limitaciones y capacidades. Aprenden a extrapolar la experiencia a  situaciones presentes.

Cada año guardo los trabajos del autorretrato, cuando llegan a sexto se los entrego.

En el momento de repartir los trabajos, se produce una explosión de sentimientos, risas, asombro, incomodidad por el trabajo realizado años atrás, críticas personales al niño que fueron. Analizan los trabajos, los muestran a sus compañeros, o tratan de ocultarlos. Hablamos sobre la aceptación de cada etapa, sobre la validez de la superación personal mediante el trabajo. Poco a poco va llegando la calma, todos los sentimientos encuentran un equilibrio y disfrutan organizando sus autorretratos en la cartulina. Vivir estos momentos junto a ellos, se convierte en  una experiencia extraordinaria.

Ana Martín

AUTORRETRATO

El autorretrato, en el grupo de sexto, supone un gran desafío personal. El curso pasado, la mayoría mostraban la  necesidad de ejecutar su dibujo de forma realista. Ahora es para todos una necesidad ineludible y auto-impuesta. Para conseguirlo, toman medidas de su cara representada en una foto; hacen varios bocetos; aplican lo que aprendieron sobre las diversas partes del rostro; repiten el trabajo, si lo consideran necesario. En lo que se muestran cautos es en la aplicación del color, por eso sus dibujos aparecen tenues o incluso en blanco y negro.

Durante el proceso, van superando el miedo a que su dibujo no cumpla sus expectativas, a no reconocerse en él.  Algunos comentan: -¡Si me parezco a mi hermano!-, -¡Este no soy yo, es mi padre!-. Observando sus trabajos parece que abrimos una ventana al futuro. El autorretrato es uno de los temas más difíciles a los que ha de enfrentarse un artista. Los alumnos de sexto,  han plasmado los rasgos físicos de su rostro; y aún partiendo de la pose hierática de su foto, observando sus ojos, cada mirada me trasmite una expresión diferente.

Para concluir las alusiones a los autorretratos literarios, he escogido el autorretrato, que a modo de epitafio, escribió el poeta chileno  Nicanor Parra. Me llama la atención la inclusión de sus progenitores, la combinación de lo físico y lo psíquico en un tono de autocrítica. Por un lado, resulta cómica  la descripción de su físico y dual la de su psique, casi burlesca.

De estatura mediana,

Con una voz ni delgada ni gruesa,

Hijo mayor de profesor primario

Y de una modista de trastienda;

Flaco de nacimiento

Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;

Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas

Y una nariz de boxeador mulato

Baja a la boca de ídolo azteca

-Todo esto bañado

Por una luz entre irónica y pérfida
-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla

De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

Obra gruesa, Nicanor Parra, 1969.

Ana Martín