Esta actividad surgió como apoyo a la visita de quinto a la nueva estación Alcázar Genil del metropolitano de Granada. El Alcázar Genil, de época almohade, fue una almunia real, situada a extramuros de la ciudad, en la vega de Granada. Durante las obras de construcción del metropolitano se encontraron restos de los muros del albercón que pertenecía a dicha almunia. Encontraréis más información sobre las actividades que han realizado los alumnos en el blog del tercer ciclo.
Con esta práctica queremos acercar a los alumnos a los procesos de formación de un yacimiento arqueológico. Para poder experimentarlo, pensamos que podrían ser ellos mismos “los constructores del yacimiento”.
Partimos de diferentes tipos de materiales, los orgánicos: restos de animales marinos y terrestres (conchas, caparazones, huesos); elementos vegetales (semillas, troncos, ramas, hojas) y los inorgánicos (piedras, minerales y tierra). Aportamos diferentes tipos de tierra: rojiza, blanca, gris, albero, mantillo y tierra del huerto.
Para elaborar la estratificación de los diferentes materiales, los alumnos partían de dos supuestos:
Yacimiento 1: Era geológica en la que el terreno había estado cubierto por el mar, en otros estratos había proliferado la vegetación y posteriormente aparecían vestigios de vida animal.
Yacimiento 2: Época medieval con restos vegetales y vestigios de construcciones con piedra y restos de arcilla.
Uno de los grupos se encargó del diseño de un plano para ubicar la situación actual ( camino de Ronda) de estos hallazgos, que a causa de las obras del metropolitano han visto la luz y gracias a su conservación podemos disfrutarlos como testigos de nuestro patrimonio histórico y cultural.
El lunes, en la segunda hora de la clase de artística, Alberto García, profesor del departamento de Historia medieval de la UGR, (padre de nuestro compañero Alberto) nos obsequió con una conferencia sobre las almunias en al-Ándalus. Estas casas de campo, ligadas a la realeza, estaban rodeadas de jardínes y de tierras de labor, servían de residencia ocasional, y eran, al mismo tiempo, finca de recreo y de explotación.
En la almunia la gestión del agua era fundamental y estaba presente en estanques, acequias y fuentes. Los cultivos eran los característicos de la huerta: hortalizas, árboles frutales, plantas aromáticas y plantas exóticas traídas de otros países, la explotación se planificaba tratando de conseguir un equilibrio sostenible. Las plantas eran básicas, no sólo para el consumo, sino también para la fabricación de cosméticos, medicamentos, muebles y tejidos.
Ana Martín