El grupo de sexto ha organizado, con gran entusiasmo, sus trabajos de autorretrato de cursos pasados. Durante varios años he ido guardando sus trabajos. Fue un encuentro sorprendente, un momento de recordar su «yo» infantil que ya va quedando atrás.
Ellos mismos pueden comprobar como año tras año, en cada nuevo curso, renuevan los recursos pictóricos con los que van a representar su figura. El autorretrato de este año, aunque tímido en el trazo, posee proporciones mas maduras.
Es de gran importancia la realización de estos trabajos encaminados por un lado al reconocimiento de los rasgos del rostro humano y por otro al desarrollo y aceptación de su identidad física. El autoconcepto generado durante estos años y su valoración resultan de gran importancia para el posterior desarrollo psicológico y emocional. Muchas de las visiones sobre uno mismo, se adquieren durante la infancia y resultan difícilmente modificables en edades posteriores.
La identificación y reconocimiento de nuestras características individuales conlleva un proceso individual integrado en un contexto de socialización. El grupo de personas que acompañan al niño serán su referente y su punto de apoyo y ese concepto de permanencia y de pertenencia, dará paso a la idea de identidad social.
Un saludo
Ana Martín