ya es viernes y el cuerpo lo sabe. Hoy ha sido un gran dÃa en la clase Naranja. Como cada viernes, vienen nuestros especialistas al aula.
Hoy en música hemos cantado varios villancicos como «los peces en el rÃo» o «campana sobre campana» y los hemos acompañado con los vasos de plástico siguiendo el ritmo.
Los viernes nos toca laberinto. Hemos disfrutado del solecito que ha hecho esta mañana, jugando con las hojas de otoño que ya están en el suelo. Hemos disfrutado hoy de una rica comida de viernes.
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Por la tarde lo pasamos genial recogiendo las hojas, cuidamos del patio y encima nos divertimos. Leemos un libro que nos cuenta muchas cosas, sobre todo que planeta Tierra solo hay uno y hay que cuidarlo… ¿cómo crees que podemos contribuir a cuidarlo? Nosotros hemos propuesto no dejar el grifo abierto, comernos todo lo del plato y apagar las luces si hay sol.
Los viernes son dÃas con mucha actividad para nuestros naranjitas. Seguimos ensayando la chirigota, aún queda una semana antes del estreno, necesitamos trabajar a lo largo de la semana para ultimar detalles,jajaja¡¡¡Lo van hacer fenomenal!!!!
En educación fÃsica disfruten de una soleada sesión cargada de juegos: reloj-reloj, águilas y palomas, come cocos….
Seguimos con nuestras labores de VIVERO. Mientras un grupo planta esquejes de cactus, otros nos dedicamos a  retirar «malas hierbas» de algunas zonas de nuestro huerto. ¡CÓMO DISFRUTAN CON ESTAS ACTIVIDADES!!!
Damos lectura al cuento «La manzana que querÃa ser estrella». Las manzanas guardan en su interior una perfecta estrella de cinco puntas, mostramos este descubrimiento delante de nuestros niñ@s contándoles esta bonita historia:
HabÃa una vez una manzana que siempre habÃa querido ser una estrella. Nunca quiso ser una manzana. Se pasaba los dÃas pensando, ilusionada, cómo serÃa una vida brillando desde el cielo.
Cada mañana, sus compañeras manzanas la invitaban a unirse a sus charlas y conversaciones divertidas, pero la manzana, nunca querÃa participar, sólo deseaba ser una estrella.
Un buen dÃa, viendo a una de las ovejas del pastor que balaba hacia el cielo, la manzana le preguntó:Â
—¿Ovejita, tú sabes dónde duermen de dÃa las estrellas?
La ovejita, sonriendo, le dijo:
—¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas están en el cielo dÃa y noche? La gran luz del sol no nos permite verlas, pero ahà están, en el infinito cielo, siempre con luz.Â
A la pobre manzana le entraron muchas más ganas todavÃa de ser una estrella en lo del alto cielo, y tener siempre luz. Pero era una manzana, y eso la ponÃa muy triste.Â
Otro dÃa la manzana le preguntó a la ardilla, que saltaba de una rama a otra  del manzano:
—Dime, ardilla, ¿las estrellas se mueven o están siempre en el mismo lugar?
La ardilla, sonriendo, le dijo:
—¿Acaso no sabes, querida manzana, que las estrellas se desplazan recorriendo todo el firmamento y a gran velocidad?
—Eso es as×confirmó el caracol.
Con cada cosa nueva que aprendÃa la manzana sobre las estrellas, le entraban muchas más ganas de convertirse en una de ellas.
Pasó la primavera y la manzana fue creciendo y madurando, triste, ansiando convertirse en estrella. No era feliz.
Llegó el verano, y un dÃa, una familia se acercó hasta el manzano para organizar un picnic bajo su sombra.
Mientras preparaban la merienda, el padre de familia zarandeó el tronco del árbol para conseguir algunas manzanas.
Varias cayeron al suelo, entre ellas, la triste manzana que querÃa ser estrella.
La hija de la familia la cogió y la olió. Estaba feliz de haber encontrado una manzana tan hermosa para merendar.Â
—Mamá, ¿puedo cortarla?Â
—Claro cariño, pero hazlo con cuidado.Â
La niña, que no sabÃa muy bien cómo cortar una manzana, la tumbó sobre el plato con el rabito hacia un lado y la partió en dos.Â
Cuando separó los dos trozos, la niña se quedó asombrada al ver la estrella de seis puntas que aparecÃa en el corazón de la manzana. Emocionada, dijo a sus padres:Â
La manzana habÃa vivido triste toda la vida sin darse cuenta de que dentro de sà guardaba una hermosa estrella y de que, para mostrarla, tenÃa que abrirse y brindarse a los demás.
Una preciosa historia para trabajar la autoestima y ayudar a que nuestros pequeños tengan más confianza en sà mismos.