Antes de comenzar el juego deciden ¿A qué van a jugar? Y surgen los animales y los coches. Para enriquecer la propuesta, les pinto una gran carretera en el suelo rojo y en medio el agua (para meter a los animales que viven en el agua), en otro extremo una granja (para incluir los animales de granja) y por último la selva. Se lo pasan genial, van clasificando muy bien los animales y nombrando cada uno de ellos. La propuesta pierde el interés una vez que yo me separo del juego.
A partir de ese momento surgen otras iniciativas: jugar a ¡que viene el lobo!, lectura de cuentos y los teléfonos. Han estado muy tranquilos/as y el juego es cada vez más en paralelo o pequeños grupos (entre los mayores). Los más pequeños jugan más en solitario y se unen al juego cuando a ellos les interesa.
En la asamblea cada uno de manera individual expresa oralmente a qué ha jugado y con quién…¡Qué mayores! y reparte la pera MARTINA.
Después pasamos a la representación gráfica, hoy con otro material: lápices de colores. Ya hacen más presión a la hora de coger el lápiz y los garabatos son más visibles.
Y también bajamos al patio…..
Aquí os pongo unas fotos de lo vivido en la clase:
Carmen Jiménez