Hoy pasamos una mañana muy tranquila jugando en el aula.

Tras la recogida, como cada día hemos hecho nuestra habitual asamblea en la que Laura nos ha repartido un rico plátano. En este momento en el que todos estamos relajados es cuando yo aprovecho para cantar, para contar algún cuento o para contarles algo de interés para el grupo. Hemos cantado la canción de los animales y la del lobo, que les encanta.

Cuando bajamos al patio, nuestras cocineras se han asomado a la ventana de la cocina para vernos pasar, así que hemos decidido entrar al comedor de los mayores para presentarnos y hacerles una visita. Hemos conocido a Charo, Loli y Mª Carmen (porque a Ana Mari ya la conocemos porque nos sube todos los días la comida a la clase….).

Les hemos preguntado el menú de hoy y les hemos prometido que otro día volveremos a saludarlas. ¡Qué mayores somos!

Hoy hemos tenido un día estupendo. A primera hora de la mañana jugamos en clase como es habitual en nuestro grupo. Hoy ha surgido una propuesta muy interesante «el tren»; ellos solos se han organizado y se han fabricado un tren con las sillas de la clase. Estaban graciosísimos todos en fila, uno detrás de otro. 

Continuamos teniendo algunas «bajas» por los primeros fríos que anuncian el Otoño, así que estamos más tranquilos de lo normal. Imagino que la semana que viene ya estaremos de nuevo al completo.

Cuando llega la hora de la asamblea nos hemos llevado una grata sorpresa, Silvia nos ha traído unos riquísimos roscos caseros que ha hecho su madre. ¡Les han encantado!, y todos han acabado chupándose el azúcar de los dedos. ¡Qué rico!

Por la tarde disfrutamos de un ratito de relax leyendo algunos cuentos de nuestra biblioteca de aula. Yo les leo «Caperucita Roja».

Hasta mañana.