Los cuentos además de entretener, aportan valores y ayudan al desarrollo de las emociones.
Comenzamos la cuarta jornada de la Semana de la Lectura, hoy con un teatro de guiñol por parte de la familia de Hermes (clase roja). Mientras la mamá narra el cuento: «Luna quiere aprender», el papá movía las marionetas de papel. Nos daba mucha intriga quien había detrás moviéndolas je je.
La protagonista del cuento es Luna, una niña que quiere ayudar a los demás, sobretodo a aquellos que realmente lo necesitan. Un día descubre como un compañero suyo, se tumba en el suelo por las mañanas y se tapa las oídos porque le molesta el ruido. Luna decide buscar vasos de plástico y ponérselos para así amortiguar el ruido ambiente y que su amigo diagnosticado TEA se sienta mejor. Hay que aprender a respetar y valorar la diversidad, aprender sobre empatía, valentía y bondad, tan necesaria en nuestro día a día.Por último, nos dan un par de vasos a cada uno, para comprobar nosotros mismos si la estrategia de Luna funciona.
¡Muchas gracias familia, nos ha encantado!
Después Rosi, tutora del grupo de segundo de Primaria nos espera a todo la etapa de Infantil, para narrarnos la famosa leyenda de: «San Jorge y el Dragón» y se ha comprometido a venir a contarnos algún que otro cuento en nuestras Tardes Cooperativas.
Y para terminar esta cuarta jornada de Semana de la Lectura: «Teatro: Los cinco horribles», a cargo de algunas de las familias del grupo rojo.
Hay algunos animales que no son considerados precisamente agraciados Este es el caso de los Cinco Horribles: el sapo, la rata, el murciélago, la araña y la hiena. Cansados de que el mundo los menosprecie, estos cinco amigos descubren que no todo se reduce a su aspecto físico, sino que cada uno de ellos tiene una capacidad creativa que explotar y que les ayuda a conectar con su entorno, a la vez que descubren que es mucho más bonito compartir las vivencias que vivir aislado de lo que te rodea.
Eso ha sido todo por hoy, como habéis podido comprobar, hemos disfrutado de un día extraordinario, y mañana nos queda aún el último.
Eva.