Buenas tardes, familias,
¿cómo os sentís hoy? Hoy en la clase NARANJA hemos leído el cuento de «El monstruo de los colores» muy atentos. ASIER ha sido el SUPER hoy y ha contado a los niños y niñas requetebién, después hemos empezado nuestra asamblea de manera un poco más formal . Nos hemos preguntado cómo estamos cuando estamos tristes o enfadados o, incluso, cuando estamos felices. Recordamos que las emociones son algo difícil de entender para los y las peques y que tenemos que adaptar la forma de hablarlo para que lo entiendan, por ejemplo cuando estamos enfadados sentimos mucho calor en la barriga y nada nos parece bien.
Después de leer el cuento y entender qué le pasaba a nuestro amigo el monstruo, hemos presentado nuestro muro de las emociones, donde cada día pensaremos un poco cómo venimos al cole o cómo nos sentimos a lo largo del día. Por ejemplo, una compañera ha puesto a primera hora de la mañana que estaba en la emoción de la TRISTEZA porque quería irse con papá y mamá, la hemos entendido y hemos hablado en que haríamos todo lo posible por ella para que cambiase a una emoción más alegre, ¡y así ha sido!
Como propuestas de juego han vuelto a salir los coches y los disfraces, esta vez no había acuerdo entre ellos, simplemente cada uno ha dicho a qué le apetecía jugar, los disfraces es algo nuevo para ellos y quieren repetir. Trabajamos para motivar el acuerdo con el otro y así poder jugar entre nosotros.
Esta tarde hemos introducido las cantidades 1, 2 y 3. Aun es algo abstracto para ellos, pero poco a poco se trabaja para que vean el uso que podemos darle a saber contar pequeñas cantidades, por ejemplo nos ha sobrado una manzana de la fruta de la mañana y la hemos contado. Además de aprender, también colaboramos en la recogida y limpieza de la clase siempre que jugamos.
Esperamos que paséis buena tarde, familia, y carguéis fuerzas para mañana, nuestro último día de la semana.
PD: Hoy hemos presentado la cesta del otoño, os animamos a que traigáis cositas d eotoño para decorar la clase y llenar la cesta.
Un abrazo,
María