Hoy les hemos propuesto a nuestros niños y niñas un taller de pintura sin pintura. Sí, sí, no nos hemos vuelto locas. Se nos ha ocurrido que podíamos experimentar con algunos «alimentos líquidos» que nos ofrezcan la posibilidad de pintar con ellos. Así pues hemos escogido para tal fin: CAFÉ, TÉ, ZUMO DE NARANJA Y ZUMO DE LIMÓN.
Hemos usado como soporte papel blanco vertical, y pincel en mano (y con música relajante de fondo…) hemos tratado de simular una pintura oriental.
Primero los tallos, largos, largos………….., después las hojas pequeñitas, pequeñitas. Hemos aprendido a usar el pincel con mucho cuidado, sin apretar; y a trabajar nuestro «cuadro» sin prisa, despacito.
La verdad es que ha sido una propuesta diferente que nos ha sorprendido por el resultado (aunque poco llamativo, muy trabajado) y fundamentalmente con la que han disfrutado del proceso. Esta tarde, esperamos que sean capaces de contaros con qué han pintado………¡intentadlo!. Es muy importante que se esfuercen por comunicar lo que han vivido con cada actividad.
Encarna Camús y Loli Gálvez